ETNOGRAFIA |
SENDERISMO CON GARROTE (LANZA) |
En el mapa hemos introducido la mayor parte de elementos etnográficos que ayudan a comprender el patrimonio histórico de la isla
TERRAZAS DE CULTIVO
Se hallan repartidas por toda la isla, en ocasiones en lugares de difícil acceso, ocupando empinadas laderas y se encuentran mayoritariamente en estado de abandono. Son un testimonio de tiempos bastante recientes en que los campesinos pobres, que no tenían tierras de su propiedad, debían cultivar terrenos pedregosos y alejados para poder alimentarse de cereales (gofio), papas y chochos (altramuces). Resulta interesante explorar las estrechas veredas que llevaban a estas zonas de bancales.
FINCA ABANDONADA Y ALJIBE
TERRAZAS DE CULTIVO EN LUGARES AISLADOS
ERAS DE TRILLAR
Entre los múltiples ejemplos que ha dejado la actividad agraria en el paisaje canario (hornos, cuadras), las eras presentan, por sus dimensiones y su papel central en la actividad productiva del cereal, un lugar de primerísima importancia. Aunque en la actualidad pueda resultarnos extraño, el cereal fue el cultivo más importante de la historia de Canarias y fue fundamental en la alimentación de las clases populares.
CAMINOS
El desarrollo de los caminos en Gran Canaria comienza con la construcción de los primeros senderos en la prehistoria y prosigue con la ampliación de esas vías por los colonizadores que las interconectaron para un mejor desarrollo de la economía.
El proceso de construcción de los caminos tuvo diversas fases (Claudio Moreno "Los Caminos de Gran Canaria"):
1) Las sendas utilizadas por los pobladores prehispánicos suponen la base sobre la que se asienta la red de caminos.
2) Cuando los castellanos terminaron la conquista de la isla procedieron a comunicar la recién fundada ciudad de Las Palmas con los principales núcleos aborigenes: el Camino Real del Norte (a Gáldar) y el Camino Real del Sur (a Telde).
3) Posteriormente fueron añadidos por el Cabildo otros caminos: El Camino de la Vega hasta Santa Brígida, el Camino de Teror y el Camino del Puerto desde Las Palmas al Puerto de La Luz. En una siguiente fase, se prolongaron el Camino Real del Norte hasta Agaete, el del Sur hasta Agüimes y el de la Vega hasta San Mateo.
4) Más adelante, los Ayuntamientos construyeron los Caminos Vecinales. Por su uso público y su importancia, se les ha pasado a denominar "Caminos Reales".
Existen diferentes tipos de caminos:
Caminos carreteros, los más anchos (3- 5 m) y que permitían el paso de un carro. Al unir las poblaciones principales, fueron los más importantes y la mayor parte han sido transformados en carreteras.
Caminos de herradura, algo más estrechos (1- 3m), empedrados y para el paso de animales de carga entre poblaciones secundarias y los principales enclaves agrícolas. Formaban una gran red de comunicaciones sobre todo en las Medianías y su origen estuvo condicionado por la abrupta orografía. Muchos de ellos aún se conservan debido a que la agreste topografía del terreno ha dificultado su transformación en pistas y carreteras.
Sendas y Veredas, de menos de un metro de ancho, sólo para peatones y sin ninguna obra de acondicionamiento. Se encuentran representados en todos los sectores de la isla, ya que eran pequeñas vías de penetración o paso por lugares que no tenían importancia vital en cuanto a comunicaciones entre núcleos o en relación a la disponibilidad de recursos.
Cañadas y sendas ganaderas. La importancia de la ganadería y la necesidad de practicar una trashumancia estacional exigía una red de cañadas. La implantación de las prácticas y costumbres de la "mesta chica", unida a la tradición ganadera prehistórica, favorecieron la consolidación de una red de rutas de carácter pecuario. Entre todas ellas destaca el Camino de La Plata, que unía Gáldar con Tirajana y permitía el movimiento del ganado desde los pastos de verano, situados en el norte de la isla, a los extensos pastizales del sur. Esta ruta también posibilitó la peregrinación entre los dos centros jacobeos: la Real Ciudad de Santiago de Los Caballeros de Gáldar y la villa de Santiago de Tunte. En general, no se encontraban empedradas y podían alcanzar los ocho metros de ancho.
Caminos forestales, muy rudimentarios y poco acondicionados para aprovechamiento de carbón, madera y pinocha. Se encuentran en mal estado, con la excepción de los que se han transformado recientemente en pistas forestales.
Serventías, que permitían el paso entre fincas.
Pozo de nieve de los Canónigos
Pozo de nieve Grande
POZOS DE NIEVE
En el pasado, la nieve y el hielo fueron usados como refrigerante natural. Es en el S. XVIII cuando se populariza su consumo para refrescar bebidas y alimentos y para uso terapéutico como antitérmico. La gran estacionalidad en las reservas naturales de nieve obliga a recogerla y preservarla en pozos de nieve. Los primeros pozos de nieve se construyeron en Gran Canaria a finales del S. XVII, en Tenerife a mediados del S. XVIII y en La Palma a finales del mismo siglo.
En Gran Canaria, vecinos de los pagos cumbreros acudían a los pozos cuando nevaba y un capataz organizaba el trabajo y el avituallamiento. Las operaciones de recogida, compactación y aislamiento de la nieve duraban una media de 5 días. Unos 26 peones recolectaban nieve en cestas de mimbre y unos 10 pisoneros la compactaban en su interior y la distribuían en filas separadas por una gruesa capa de paja. En verano, los caballos transportaban dos cargas de 40 kg durante 6 horas hasta la nevería de la Catedral de Las Palmas donde se ponía a la venta.
CASAS CUEVA
Se pueden ver junto a los senderos, normalmente en las paredes de los barrancos. La mayor parte se excavaron antes de la conquista castellana y hay muchas que se encuentran todavía habitadas, por ejemplo en Artenara.
CANALES DE AGUA, GALERÍAS
Normalmente, el agua no se encuentra disponible en el lugar en que se consume. El núcleo impermeable de la isla puede considerarse como una barrera que condiciona la circulación del agua subterránea.
Hasta tiempos relativamente recientes, muchas zonas de la isla tenían grandes carencias de agua que se agravaban en verano, cuando se agotaban las fuentes y las reservas de los aljibes domésticos.
Los canales de agua permiten el transporte del agua desde nacientes y galerías hasta las poblaciones. Las más antiguas están excavadas a mano en las paredes verticales de los barrancos y son muy estrechas.
Las galerías son minas de agua, túneles excavados en la roca y que tienen como finalidad alcanzar el acuífero y extraer el recurso. Normalmente, cuando se llega a la zona saturada, se produce un alumbramiento abundante, las denominadas aguas de reserva. Posteriormente, los caudales tienden a estabilizarse mediante las aguas renovables o de recarga. Los trabajos de perforación se realizaban antiguamente con medios mecánicos, aunque el uso de explosivos se generalizó a mediados del siglo XX, mediante una perforación ligeramente inclinada, por lo que no hace falta bombear el agua para su aprovechamiento. Algunos senderos que hoy se pueden recorrer con dificultad y otros que han desaparecido, fueron excavados en las laderas de los barrancos para construir galerías y canales.
Entre 1510 y 1526, las aguas del naciente de El Ancón fueron conducidas por unos 1.400 m de acequias hasta un túnel de 342 metros de longitud que atraviesa la cumbre de sur a norte. A la salida del túnel, las aguas movían los Molinos de la Cumbre y, desde aquí, las acequias las llevaban hasta Las Palmas de Gran Canaria.
Originariamente, el túnel que fue excavado por niños aborígenes esclavos, medía 60 cm. de ancho por unos 30 de altura. En los años setenta del pasado siglo XX se amplió a casi dos metros de alto, permitiendo el paso a una persona, con un escalón que permite el paso sin caerse en el agua. La ampliación fue realizada por tres hombres envueltos en abrigos y mantas para paliar el frío y la humedad.
MOLINOS DE AGUA
Los molinos hidraúlicos permitían moler el grano de los cereales para preparar el gofio, imprescindible en la dieta de los isleños. Utilizaban el agua de barrancos y nacientes y es normal encontrarlos concentrados en una pequeña área, situados a distintos niveles, aprovechando el agua del mismo barranco.